El cuarto de radio de un radioaficionado es algo que va creciendo con el tiempo. Primero un equipo, luego un accesorio, luego un micrófono que te gusta, luego una antena que mola más, después un amplificador, un filtro, otro equipo que suena bien porque se lo has oído a alguien…
Pero las cosas hay que hacerlas poco a poco para vivirlas más intensamente. No es cuestión de tenerlo todo de golpe y agotar la afición en un santiamén. Así es como pienso yo. En mi caso, primero fue una emisora más pequeña, un walkie, muchos años con el transceptor multibanda, luego en el coche, luego un par de dipolos y las decamétricas…
Qué tiempos aquellos. Cuando cogía una troposférica y con una antena en el tejado podía charlar con algún repetidor italiano me costaba dormir de la emoción.
Esta semana pasada volví a tener esa sensación: me costó dormir la noche anterior al día que, después de varios intentos fallidos, se haría una mejora sustancial en el cuarto de radio. Hasta ahora tenía sólo un dipolo multibanda y una vertical con un par de mástiles. Ahora, la cosa se ha ampliado con una torre autosoportada de unos 14m, con puntera y alojamiento para rotor y antenas directivas (pero esto ya vendrá en un futuro). Ahora, un par de dipolos y una antena bibanda un poco mayor que la anterior son de momento suficientes para seguir adelante y disfrutando de la radio. Sigue siendo modesta, dirán algunos, pero mi sistema radiante es ahora ampliable y está perfectamente preparado para el futuro, para cuando pueda desembolsar más ahorrillos.
Pero bueno, que más que para explicaros lo que hay en mi shack (eso lo podéis ver en la sección correspondiente de esta web), este artículo debe servir como agradecimiento.
En primer lugar, para dos radioaficionados que, a parte de la demás gente implicada, han capitaneado el proyecto. Por un lado Pau, EA3GYT, pues gracias a él y a su buen hacer pude conocer a EA5RC, el colega Ramon. Agradecer desde aquí no solo el trabajo hecho (junto con otras personas que nos ayudaron en el desmontaje y posterior montaje de la torre y antenas), sino también su implicación personal, sus consejos y su paciencia. En fin, como dice mi padre, un profesional en toda regla.
Agradecimientos pues, a todos. A mi pareja, que ha tenido que sufrir con paciencia cada avance del proyecto; a mis amigos, que lo mismo; incluso a mi madre, que de un día para otro se ha topado con un mazacote de hierro que, aunque ella no lo diga, seguro que piensa que no queda bien con la estética del terreno.
Pero a parte de los mencionados antes (sobretodo EA3GYT y EA5RC como capitanes de todo esto), aquí ha habido una persona que merece capítulo aparte. EB3TA, mi padre, el verdadero apoyo en todo esto, sobre el que se sustenta mi interés por la radioafición y esta pedazo de instalación. Sin él, creedme, no habría sido posible nada. Ni el agujero, ni el hormigón, ni la paella que nos preparó para culminar el día de trabajo. 🙂
Todos ellos, incluso los peones y trabajadores que nos echaron una mano en cualquier punto, tal vez no lo sepan, no sean conscientes, pero han ayudado a hacer crecer uno de mis sueños que ya empezó hace años; a potenciar aún más una de mis aficiones favoritas. Gracias, gracias y gracias. TNX, TU (como se diría en CW -MORSE-) y cuantas formas haya para expresarlo. ¡Nos oiremos, cada vez mejor, en las ondas! Porque este es también uno de los buenos valores de los radioaficionados: ayudar y crecer juntos.