Primeras impresiones y minireseña de accesibilidad del Icom IC7400

Cuando me enfrento y toco por primera vez un nuevo equipo que no he visto antes, siempre pienso si encontraré una radio que pueda usar con normalidad, teniendo en cuenta que soy ciego y no veo la pantalla.
Lo ideal es que se puedan ejecutar comandos de uso común sin necesidad de tener que pasar por un menú y que dichas funciones tengan botones dedicados.
Esto es esencial para un usuario ciego: suele ser fácil ajustar el volumen, la frecuencia y el modo y, en algunos equipos, estos ajustes son leídos por el chip de voz. Lo siguiente sería poder ajustar opciones frecuentes como el filtrado de paso de banda, la reducción de ruido, el ajuste de ATU, la operación en split o la potencia de salida. Vamos, el tipo de cosas que ajustamos constantemente para obtener las mejores condiciones de operación posibles para cada QSO. Luego vendrían ajustes como la ganancia del micrófono, el Vox Gain, el VOX Delay o la velocidad o el tono de CW, Pero volvamos a la pregunta. Cuando me enfrento a una nueva radio: ¿estos comandos esenciales tienen un control dedicado o tendré que ingresar constantemente en un tedioso sistemas de menús?
La accesibilidad para un usuario ciego no se define solo a partir de lo que el chip de síntesis de voz del equipo es capaz -o no- de verbalizar. También debemos tener en cuenta si el diseño es intuitivo. Después de todo, un operador ciego no tiene el lujo de poder leer las descripciones de los botones. Debe recordar la posición y función de cada botón, cada mando y, en algunos casos, los ítems del menú y las secuencias de los botones que no producen respuesta de voz.
Todo esto significa que una radio con incluso un vocabulario hablado limitado, en realidad puede ser muy accesible si está bien diseñada.
Hace pocos días que me han prestado un IC-7400 (Gracias EA3NN).

ICOM IC-7400Mis impresiones iniciales son, de momento, favorables. La radio es un equipo de estación base tradicional, se nota solo con ponerle las manos encima, se siente gruesa y sólida y da la impresión de no estar sobrecargada con botones y perillas. La unidad cubre HF, 6M y 2M, con tres tomas de antena en la parte posterior. La potencia de salida es de 100 vatios en todas las bandas y modos.
El IC-7400 permite instalarle el sintetizador de voz UT-102 opcional, pero de momento no he podido ponerlo pues no encuentro ninguno de segunda mano y el producto ya se ha descatalogado.
Es decir, que ni tan siquiera puedo saber en qué frecuencia me encuentro porque no tengo el apoyo del chip de síntesis de voz que sí incorporan de serie equipos ICOM más nuevos.
Volvamos a la radio. Viene con una ATU automática interna que, sin ver la pantalla, podemos llegar a adivinar si está encendida o apagada fijándonos en los clicks que produce.
En los pocos días de uso, me parece un equipo fácil de usar en las bandas de HF y me sirvo de la función CAT conectada al ordenador para saber qué frecuencia aparece en pantalla.
Los controles me parecen muy táctiles y bien distribuidos en el panel frontal. Puedo ajustar fácilmente la reducción de ruido, el filtro de muesca y los diversos filtros de paso de banda para reducir el splatter.
La frecuencia también se puede introducir usando un teclado numérico con botones de plástico duros y suaves, y aunque no han pensado en poner el puntito que tanto ayuda en el número 5, los números están bien espaciados y se perciben con facilidad.
El funcionamiento en Split es intuitivo, pero no se proporciona ninguna indicación verbal y a veces no sabes si estás transmitiendo en la frecuencia de llamada o en la del Split.
Inevitablemente en un transceptor moderno, hay un sistema de menú. Lamentablemente, el IC-7400 no lee ninguno de los menús, tenga o no tenga instalado el chip de voz.
Hay algunos comandos importantes que requieren acceso al menú, pero no serían de los que usamos a diario. Bueno, sí que hay dos funciones notables que requieren un ajuste de menú: para activar el compresor de voz y para controlar el AGC. Con un poco de práctica, creo que un operador ciego puede activar y desactivar el compresor, memorizando pulsaciones de teclas, pero, por supuesto, un botón dedicado haría el proceso mucho más fácil.
Hay un botón de monitor, por lo que si lo usamos junto con la combinación de teclas que nos lleva -supuestamente- al compresor, permite a un operador escuchar cualquier cambio a través del monitor del equipo y cerciorarnos de si el compresor está realmente activado o no. En caso que nos hayamos equivocado, tal vez habremos tocado algún otro parámetro del menú y ya la habremos liado un poquito.
Me gustó descubrir que hay un botón Tuning Step, que permite que los botones del micrófono cambien la frecuencia en pasos de 1 KHz o 50 Hz.  La función Memo Pad o Quick Memory es fácil de usar. La memoria principal vuelve a ser relativamente sencilla, pero el equipo no lee ninguno de los números de los canales y solo se puede hacer que lea la frecuencia de cada canal si se tiene el UT-102.
No he probado de momento la radio en VHF, pero el hecho de que activar el +-600, los CTCSS y otras configuraciones útiles requieran tener que acceder a un menú que no es leído, me hacen temer que no será muy usable en dichas bandas, por no hablar de la configuración para entrar en repetidores, cosa que me parece que va a ser difícil, si no imposible.

En definitiva: el IC-7400 tiene mucho que ofrecer como transceptor multimodo y multibanda.  Debido a que muchas funciones necesarias tienen botones o perillas dedicadas, esta radio puede ser usada de manera muy efectiva por un operador ciego. Más botones dedicados, un chip que leyera más cosas o un programa de ordenador que nos permitiera acceder al menú (volvemos entonces a tener que depender de un PC para usar la radio), nos facilitaría la vida, pero…

Seguiré cacharreando.

Primeras impresiones en accesibilidad del TS480SAT con VGS-1

Hace algunos días ha llegado a mi cuarto de radio un TS480SAT prácticamente nuevo y con el chip VGS-1 instalado, que, recordemos, proporciona una síntesis de voz muy útil para las personas ciegas.
Por cierto, que el VGS-1 también permite grabar 3 mensajes de voz y CW junto con la capacidad de almacenar continuamente los últimos 30 segundos de audio RX.
Mis primeras impresiones fueron las de encontrarme ante una radio muy táctil, con controles diferenciados y muy diferentes a las de mi IC7000.
Para empezar, el panel frontal está separado del cuerpo del transmisor y se monta sobre un pequeño soporte de metal que le da un ángulo cómodo para trabajar, conectándose este a la parte frontal del equipo mediante un cable.
Como decía, el panel frontal es muy táctil, y el diseño me recordó en algunos aspectos al del gran (por su tamaño, solamente) TS2000.
El TS480SAT, lleva un acoplador interno que sintoniza sin problemas mis dipolos, reproduciendo en CW el mensaje «SWR» cuando no es capaz de hacerlo (en las bandas WARC, por ejemplo) debido a mi sistema de antenas.
El chip de voz VGS-1 está literalmente por encima de cualquier otro chip de voz que he usado, como puedan ser el VS-3 o el incorporado en modelos de Icom.
Lo mejor, creo yo, es configurar el botón de función programable para que el chip lea la intensidad de la señal (S9 por ejemplo) y presionar Enter dos veces para que nos lea la frecuencia actual en uso.
El modo lo indicará con mensajes en CW (LSB, USB, CW, FM, etc.)

La frecuencia se puede introducir directamente con el teclado, y cada número se pronuncia a medida que se pulsa.

Las funciones comunes, como el ajuste de potencia, son totalmente accesibles y leídas. Por ejemplo, presionando el número 4, el equipo nos dirá «tx power» y el valor de la potencia en vátios.

Esto es aplicable a la ganancia del micrófono (con la tecla 5), la velocidad del manipulador interno incorporado (con la tecla 6), u otros parámetros como el nivel del compresor, el retardo, la ganancia del VOX y mucho más. Absolutamente genial.
Para saber si las opciones están activadas o no, el equipo lo indica con diferentes sonidos, normalmente dos tonos diferentes de beep, como ya comenté en un artículo a parte.

Sin embargo, no hay mandos dedicados para ajustar la ganancia de RF o los filtros de paso de banda, que  no tienen botones específicos. En cambio, se debe presionar un botón para activar la función y girar el mando de sintonía o el control multi para ajustar el nivel.
En el caso de los filtros de paso de banda, el VGS-1 nos pronunciará incluso las frecuencias de corte alto y bajo si pulsamos el botón correspondiente. La agrupación de los botones me gusta también, más o menos organizado según los parámetros a los que deseémos acceder.

El sistema de menú, donde en otros equipos tenía problemas, es accesible aquí y gracias al chip conoceremos el número del ítem y el parámetro asociado.
Hasta que no nos conozcamos de memoria los menús, he necesitado ir tirando de manual para saber a qué menú corresponde cada número, cuál es el menú 40 o qué modifico si toco el menú 61. De la accesibilidad de los manuales hablaremos en artículos aparte, porque a veces tienes que echarle mucha imaginación para saber a qué o a cuál tecla se refieren. Pongo un ejemplo del tema de los menús: la función de ecualizador de TX predeterminada se expresa como 19, OFF. Por lo tanto, deberemos saber que el menú 19 es el que se refiere al ecualizador TX. El equipo nos hablará cuando cambiemos los parámetros dentro de la opción de menú. Por lo tanto, al usar los botones para cambiar de banda hacia arriba y hacia abajo, seleccionaremos ‘Desactivado’, ‘HB1’, ‘HB2’, etc., u otras opciones dependiendo de las disponibles en cada ítem del menú.

El chip también lee los canales de memoria, tanto el número de canal como la frecuencia almacenada. Lo mismo ocurre con las memorias rápidas.

Si queremos operar en Split (una faena con otros equipos), el TS480SAT nos dirá  si está activada y si el equipo se encuentra en el VFO A o en el B.

Manías que tiene uno, siempre suelo configurar el control multicanal para que se mueva en pasos de 1kh cuando haga un click, dejando el mando central para una sintonía más fina. Incluso al ajustar el paso, el equipo me leía los incrementos.

En términos de accesibilidad y usabilidad, el TS480 es extraordinario, comparándolo con otros equipos que he tenido o he probado. No voy a analizar criterios de recepción, sonido, etc, porque aún me estoy haciendo a ellos y no puedo juzgar, pero en cuestiones de accesibilidad y usabilidad, repito, es un buen aliado. Ya lo he conectado también al PC y sin problemas uso las funciones de CAT para terminar de controlar el equipo, e incluso el programa arcp480 es super accesible para configurar y toquetear las opciones del equipo desde el ordenador, hacer copias de seguridad, etc. El uso en remoto desde otro ordenador también es accesible usando los softwares de Kenwood, aunque no me gusta hacer remotos así. Mi intención es adquirir un Remoterig y llevarme conmigo el cabezal para hacer remotos como si tuviera delante el equipo. ¡Espero que Remoterig sea capaz de transmitir también los mensajes hablados del VGS-1!
Me queda pendiente hacer un vídeo para que veáis su uso y actualizarle el firmware, para lo cuál es necesario abrirle la tapa superior y mover un switch, a ver si lo localizo o necesito unos ojillos para apañarme.
Seguiremos cacharreando…

 

(Gracias a Kelvin Mars, M0AID, de Active-Elements, por la información y el artículo que inspira este)

Mejorando mi estación de radio. ¡Gracias EA3GYT y EA5RC!

El cuarto de radio de un radioaficionado es algo que va creciendo con el tiempo. Primero un equipo, luego un accesorio, luego un micrófono que te gusta, luego una antena que mola más, después un amplificador, un filtro, otro equipo que suena bien porque se lo has oído a alguien…

Pero las cosas hay que hacerlas poco a poco para vivirlas más intensamente. No es cuestión de tenerlo todo de golpe y agotar la afición en un santiamén. Así es como pienso yo. En mi caso, primero fue una emisora más pequeña, un walkie, muchos años con el transceptor multibanda, luego en el coche, luego un par de dipolos y las decamétricas…

Qué tiempos aquellos. Cuando cogía una troposférica y con una antena en el tejado podía charlar con algún repetidor italiano me costaba dormir de la emoción.

Esta semana pasada volví a tener esa sensación: me costó dormir la noche anterior al día que, después de varios intentos fallidos, se haría una mejora sustancial en el cuarto de radio. Hasta ahora tenía sólo un dipolo multibanda y una vertical con un par de mástiles. Ahora, la cosa se ha ampliado con una torre autosoportada de unos 14m, con puntera y alojamiento para rotor y antenas directivas (pero esto ya vendrá en un futuro). Ahora, un par de dipolos y una antena bibanda un poco mayor que la anterior son de momento suficientes para seguir adelante y disfrutando de la radio. Sigue siendo modesta, dirán algunos, pero mi sistema radiante es ahora ampliable y está perfectamente preparado para el futuro, para cuando pueda desembolsar más ahorrillos.

Pero bueno, que más que para explicaros lo que hay en mi shack (eso lo podéis ver en la sección correspondiente de esta web), este artículo debe servir como agradecimiento.

En primer lugar, para dos radioaficionados que, a parte de la demás gente implicada, han capitaneado el proyecto. Por un lado Pau, EA3GYT, pues gracias a él y a su buen hacer pude conocer a EA5RC, el colega Ramon. Agradecer desde aquí no solo el trabajo hecho (junto con otras personas que nos ayudaron en el desmontaje y posterior montaje de la torre y antenas), sino también su implicación personal, sus consejos y su paciencia. En fin, como dice mi padre, un profesional en toda regla.

Agradecimientos pues, a todos. A mi pareja, que ha tenido que sufrir con paciencia cada avance del proyecto; a mis amigos, que lo mismo; incluso a mi madre, que de un día para otro se ha topado con un mazacote de hierro que, aunque ella no lo diga, seguro que piensa que no queda bien con la estética del terreno.

Pero a parte de los mencionados antes (sobretodo EA3GYT y EA5RC como capitanes de todo esto), aquí ha habido una persona que merece capítulo aparte. EB3TA, mi padre, el verdadero apoyo en todo esto, sobre el que se sustenta mi interés por la radioafición y esta pedazo de instalación. Sin él, creedme, no habría sido posible nada. Ni el agujero, ni el hormigón, ni la paella que nos preparó para culminar el día de trabajo.  🙂

Todos ellos, incluso los peones y trabajadores que nos echaron una mano en cualquier punto, tal vez no lo sepan, no sean conscientes, pero han ayudado a hacer crecer uno de mis sueños que ya empezó hace años; a potenciar aún más una de mis aficiones favoritas. Gracias, gracias y gracias. TNX, TU (como se diría en CW -MORSE-) y cuantas formas haya para expresarlo. ¡Nos oiremos, cada vez mejor, en las ondas! Porque este es también uno de los buenos valores de los radioaficionados: ayudar y crecer juntos.

Montando las antenas con EA3HP y EB3EPP

Activando MVB1230 y MVB1232 en la Tamborinada 2017

Una de las cosas que más me encanta de la radioafición son las activaciones. Me parece mágico todo lo que envuelve esta práctica. Un equipo, una antena, un lugar (municipio, monumento, castillo, ermita, estación…), los operadores llamando (activando) CQ y la gente respondiendo para anotarse en su libro de guárdia la referencia otorgada.El pasado domingo, pude participar en la activación de dos referencias del diploma Monumentos y Vestigios que organizan los amigos de la ACRACB.

Llamando CQ con Toni EB3EPP
Coincidiendo con la 40º edición de La Tamborinada, una muestra de actividades para niños, la escuela de radio de la ARMIC-EA3RKR instaló una estación de radio para divulgar nuestra afición y activar las referencias MVB1230 y MVB1232, dos monumentos cercanos al Parc de la Ciutadella.

Desconozco cuantos contactos se hicieron en total (gracias Nusansu por apuntar a boli, no tenía ordenador adaptado), la propagación no acompañó demasiado.

Hoja de papel donde están apuntadas a manos las estaciones contactadas
Agradezco desmesuradamente la atención de los colegas EB3EPP, EA3GYE, EA3JV y EA3HP, el gran Dani (un crack de las SOTA) por dejarme activar su estación EA3RKR y llamar CQ en 40m durante casi una hora.

Os dejo unas cuantas imagenes y un vídeo adjunto para que veáis (y oigáis) qué tal fue la experiencia.

Llamando desde la Tamborinada, imagen del perro guía de EA3GZALlamando CQ, plano de la mesa con el equipo IC706MKIIGAntenas usadas en la activación (montándolas EB3EPP y EA3HP)

Además, pude probar y tocar el ICOM IC706MKIIG (parecido al 7000 que tengo), que dicho sea de paso, carece de placa de síntesis de voz para lectura de frecuencias.

Estas actividades son importantísimas, no solo para conocer nuestra geografía si no para divulgar nuestra afición entre los más jóvenes que, aunque no fueran muchos los que se acercaron, seguro que despertó la curiosidad de más de uno.
Lástima que a día de hoy no dispongo aún de los recursos para organizar activaciones pero, quién sabe, igual esto es el principio de algo. ¡Quiero activar cosas y hacer radio! ¿Alguien se apunta a acompañarme?

 

Primer (mini)paso por el MercaHam 2017

Al final, y por los pelos, he podido visitar durante la mañana del domingo el MercaHam 2017, la feria de los radioaficionados, en Cerdanyola del Vallès.

El Parc Esportiu Municipal Guiera (que dicho sea de paso me pareció a priori muy accesible para personas con mobilidad reducida) acogía los stands y expositores de distintas marcas comerciales, tiendas, empresas fabricantes de accesorios, un mercadillo de segunda mano y dos salas para conferencias (lástima no haber podido asistir a la de la máquina Enigma que en ese momento estaban pronunciando).
Y allí estaba yo, con mi perra guía y mi pareja. Habíamos llegado tarde a la butifarrada dominguera, pero teníamos un ratito para cacharrear.
A parte de la experiencia de asistir a la feria en sí (ya hacía años que deseaba ir), pude tocar con mis propias manos equipos como el flamante ICOM IC-7851.

Plano general del ICom IC7851 en el stand de ICOMUn transceptor fuera de la órbita de mis posibilidades (¿12.000 euros y largos?) que me pareció intuitivo, con muchos botones (la pantalla no es táctil así que imagino que lleva muchos botones dedicados, lo que nos facilita la vida a los operadores ciegos), con un lector de frecuencias en voz alta en cada uno de sus receptores independientes y la posibilidad de conectarle un monitor externo para poder ver el display más ampliado, etc.

EA3GZA Tocando la IC7851

Poco más os puedo contar acerca de su accesibilidad, a parte de la inaccesibilidad (por mi parte) de su precio.

Pude trastear, tocar y probar los diferentes manipuladores (es de agradecer que me dejen tocar las cosas) del amigo José, EC3DFU.

EC3DFU enseñando un manipulador muy pequeñito formado por un cable

¿Habéis visto este manipulador minúsculo?

Manipulador de palas minúsculo
¿Y este otro, el más pequeño del mundo, dentro de un piñón?

Manipulador muy pequeño formado por un cable y un piñón con las dos palas dentro
¡Todo un reto para los telegrafistas!

Mi pareja, acompañante y sufridora de mis aventuras radiofónicas, se enamoró de uno de los micrófonos que vendía el amigo Santy, EA5CVF, como podréis apreciar los que veis las fotos.

EA5CVF (Santy) enseñando como funciona su micro Elvis

 

¡mola mucho el micro Elvis, adaptado para los equipos de radioaficionado!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En los expositores pudimos ver también joyas como este transceptor HF a válvulas Luprix TX5AM, del año 1973. ¡No me atreví a tocarlo!

Primer plano del Luprix TX5AM del año 1973

También  este viejo transmisor de Onda media usado en Radio Martorell en el año 1942 con su fuente de alimentación del año 79.

Foto del transmisor de Onda Media usado en radio Martorell. Al lado su fuente de alimentación.

Agradecer también la amabilidad del compañero Lluis, EA3HKM de la Federació Catalana de Radioaficionats (y habitual de la conferencia RadioCat, que se encargó de proporcionarnos una tarjeta con el indicativo y toda la información necesaria.

EA3GZAMIguel y EA3HKM Lluis hablan

Sinceramente pude hablar o relacionarme con pocos colegas, si bien es cierto que era mi primera vez en la feria y supongo que los lazos se van creando a medida que vas hablando más por radio y te vas conociendo con la gente.
Sin duda, el objetivo ahora es empezar a ahorrar para el año que viene y poder llevarme algún regalito. Ya hemos quedado con EB3TA queel añoqueviene venimos los dos días. ¡Le encantarán tantas radios y equipos antiguos!
¡Repetiré sin duda! Tocar los equipos, los accesorios, los manipuladores, las cosas en general, para mí, es el mejor escaparate posible, por muy bien explicadoque esté algo en Internet y muy buena que sea la reseña.

Vista general del polideportivo del MercaHam

 

Emisora IC280E

Primer contacto con la radioafición. Recordando «mi» primer equipo: IC280E

Me considero muy nostálgico. De hecho, me atrevería a decir que muchos (no se puede generalizar) radioaficionados lo somos, y tal vez la afición lo sea también. Digo esto porque siento nostalgia cuando me acuerdo de «mi» primer equipo. Y pongo el posesivo entre comillas porque el propietario era mi padre, por aquél entonces (y ahora) EB3TA: un flamante transceptor móvil (pero que usaba en base) Icom IC-280E, de la banda de 2 metros FM, 10 vatios de potencia y tres memorias que se borraban cuando se desconectaba el equipo. Se ve que venía del Japón y que se construyó a finales de los 70. Sí, para muchos de mis lectores seguro que ya sería una modernidad, pero para mí fue el primero que tuve entre mis manos.
El momento en el que descubrí el aparato merece casi una mención aparte. No recuerdo muy bien cuando fue (puede que yo tuviera unos 8 años), pero un día, trasteando por el despacho de mi padre (donde convivían algún soldador que no debía pisar con los pies descalzos junto con kits, piezas y demás cachivaches que me encantaba tocar), encontré una caja rectangular con botones y ruedecitas. Le pregunté a mi padre qué era aquello y la frase: «es una emisora de radioaficionado, sirve para hablar con otra gente» me fascinó desde el minuto 0. Lo enchufamos a una fuente de alimentación pero del aparato solo emergieron chisporroteos. «Los finales estarán quemados». ¿Finales? pero si lo acabo de conocer, ¡debería hablarme de principios, no de finales!
Me consta que mi padre la arregló (seguro que lo hizo el amigo EA3CDW, quien se encargaría durante muchos años de mantener la pequeña instalación de mi padre) y lo conectó a una antena que, sin yo saberlo (obviamente nunca la había visto) se mantenía erguida en un mástil en el tejado de nuestro bloque, a siete pisos sobre el suelo. Una antigua antena Tagra (no recuerdo el modelo) que mi padre había montado unos 10 o 12 años atrás hasta que, por motivos que nunca supe, dejó la afición a un lado.
Me explicó por aquél entonces que él había vivido la noche del 23F mediante las ondas de aquél aparato y que constantemente solía hacer QSO’s con gente de los alrededores o vía repetidores como el R4 de Castellón.
¿QSO’s? ¿Repetidores? ¿Códigos Q?
Me contó también que para utilizar el aparato necesitaba una licencia, pasar un examen, un indicativo. Enseguida me aprendí el suyo, EB3TA, y uno de los primeros días en los que el transceptor ya lucía listo de nuevo, empecé a charlar con quienes creía que me contestarían. ¡Y vaya si lo hicieron!
«¡Niño, deja la emisora de tu padre y vete por ahí!» Juro que aún recuerdo el indicativo de quien me atizó tales palabras, un simpático EB5. No le culpo. Realmente no debía tocar eso. Mi padre me dijo que durante mucho tiempo tenía que escuchar, escuchar y escuchar.
Así empecé a aprender lo que significaban los números de las frecuencias, lo que significaba hablar por un repetidor o en directo, que había distintos tipos de antenas, que existía algo llamado «decamétricas» que por lo que se ve era la monda lironda… Llegué a aprenderme los sonidos de los repetidores, en CW, rápido y agudo el del R4 de Castellón, lento y más grave el 3 de Ibiza; o incluso por el sonido de la cola al caer, podía saber en qué frecuencia me encontraba: larguísima la del R6 de Montecaro que desaparecería años después, el simpático silbidito del R2 de Gandía, los beeps tan característicos de los de Denia (eso ya más tarde)…
Ni sabía nada de subtonos, ni de CTCS, ni de DCS, ni de la UHF… Todo esto lo iría aprendiendo con los años y ya con un nuevo equipo, allá por el 2001, un TMV7E de Kenwood que aún funciona y me acompaña, para mi disfrute (y a veces tedio de mi pareja) en el coche. Pero ya hablaremos de ese equipo, porque supuso un salto importante no solo en potencia, bandas y prestaciones sino en accesibilidad.
Y es que, señores, el IC280E, por muy bueno que me pareciese, no me permitía saber en qué frecuencia me encontraba. Pero mi mente fue creando pequeños trucos:
– El equipo siempre se encendía en 145.000MHZ. Si contaba las vueltas del dial (tac, tac, tac) podía saber dónde me encontraba, puesto que los saltos eran de 25KHZ y no había otra opción.
– También hallé por casa un antiguo FT23R de Yaesu, que me servía para encontrarme haciendo portadoras de una radio a la otra y cuadrar así las frecuencias, aunque casi nunca me ayudaba porque terminaba descuadrando el walkie, que tampoco era accesible, sacándolo de las frecuencias límite para radioaficionados.
– Sabía si estaba en Simplex o en +/-600 porque había teclas dedicadas a ese menester, solo debía memorizar su posición y cambiarla según me pareciera. No existían los menús (de los cuáles ya hablaré también en un futuro).
Los diales de sintonización, volumen y squeltch eran fáciles de sintonizar, incluso las 3 memorias, que se cambiaban con otro mando más pequeño. Pero el problema era la fuente de alimentación -regulable- que debía estar a la misma potencia, ni más alta ni más baja, para no cargarme el equipo. Lástima no conservar fotos de la época porque mi padre llegó a tunearla un poco para hacer coincidir una muesca del dial de sintonización con una señal hecha en el 12 de los voltios (creo que era así) para que yo pudiese ajustarla por si acaso se movía de su posición actual. Llegué incluso a tener marcados con dos cintas de distintos tactos los cables y sus conexiones en la fuente, para no equivocarme y conectarlas al revés.
Esas medidas fueron apareciendo en el tiempo para quedarse, aún hoy en día. Y es que si no hay accesibilidad o no vemos las cosas, hay que buscarse la vida y ser ingenioso. Y de eso mi padre sabía un rato.
Y así aprendía yo, con el transceptor, para qué servía cada mando, cada agujero, que aquello era un PL o una conexión modular de micrófono…
Tiempo después el aparato cayó en desuso y murió. Intentamos recuperarlo un par de veces (me consta que el trabajo de grandes como EA5AGV, EA5VF, etc. así lo demuestra) pero terminamos por dejarlo por muerto y conservarlo como reliquia. Incluso adquirí, en uno de esos empeños por arreglarlo, otro modelo igual que vendían por Internet de algún coleccionista y que murió también al cabo de poco tiempo de usarse. Los dos encienden, eso sí. Se puede ver la apariencia en la foto adjunta. Recuerdo incluso un característico zumbido que el aparato emitía todo el tiempo y que variaba de tono muy levemente cuando cambiaba de frecuencia o confirmaba alguna memorización. Todo servía, cualquier información sonora que a propósito o no emitiese el equipo, era importante para mí. Y eso sigue siendo válido hoy en día. Ya hablaré de la importancia de los beeps en equipos más modernos.
Y bueno, además de escuchar, también llegué a realizar QSO’s con él, y con eso me quedo, a parte, claro está, de la gente que tanto tiempo escuché por primera vez y a algunos conocí, de la mano, casi siempre, de uno de mis otros padrinos radiofónicos, EB3AJE (luego EA3HAO), Joaquín, quien podría considerar mi primer interlocutor en un QSO en serio por aquellos lares no tan lejanos.

¿Quién dijo que los WebSDR no eran accesibles para radioaficionados ciegos?

Hay ocasiones en las que, bien porque no tenemos antenas, bien porque no podemos acceder a nuestros equipos, bien porque tenemos curiosidad o simplemente porque queremos monitorizar nuestra señal, acudimos a los WebSDR (ojo, no confundir con los equipos SDR o radios definidas por software).
Un WebSDR es un receptor de radio amateur definido por software que puede ser operado remotamente a través de Internet. Además, varios radioaficionados a la vez pueden utilizar un solo receptor WebSDR independientemente, sintonizando y escuchando cada uno una estación diferente.
La mayoría -creo que todos- usan la interface WebSDR desarrollada por Pieter-Tjerk de Boer, PA3FWM. Su sitio web incluye un directorio de las ubicaciones y direcciones URL de los servidores WebSDR activos, así como un recuento en tiempo real de los usuarios actuales de cada uno.
Pero, ¿pueden usarlos los radioaficionados ciegos o con problemas de visión?
¡Of course que sí!
La interfaz de usuario funciona bien con el software de ampliación, incluida la utilidad de ampliación de Windows, y los usuarios del lector de pantalla JAWS también podemos usar un WebSDR. Yo, por ejemplo, suelo acceder al de l’Associació ARDAM, instalado en Ordino, Andorra.  Pero hay otros como el de la Universidad de Twente en Holanda.
Cuando accedo (normalmente con Firefox por eso de la compatibilidad HTML5) uso la tecla TAB para acceder a los controles de sintonización, que incluyen un cuadro de entrada de frecuencia y botones de ajuste por etapas.
JAWS (probado con la versión 18) debería leer tanto los botones (para cambio de frecuencia, modo, ancho de banda, memorias) como los cuadros de verificación para cambio de bandas o filtros. También permiten reducir u ocultar el interfaz visual (cosa que recomiendo porque tampoco lo vamos a ver).
Con la tecla E podremos ir al cuadro de edición para introducir una frecuencia manualmente.
Para MAC, si se utiliza el navegador Safari, el lector de pantalla VoiceOver debería funciona bien con los WebSDR. Igualmente, las versiones móviles de los WebSDR son usables con VoiceOver en IOS, aunque en mi caso, probado con un iPhone SE, a veces es lento y tedioso navegar por los botones.
Así pues, ya tenemos otra opción usable y (más o menos) accesible para quitarnos el gusanillo cuando no tenemos otra opción o monitorizar si nuestra señal llega o no a diferentes puntos del planeta.